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Consejos para elegir la silla ideal de oficina

Consejos para elegir la silla ideal de oficina
30th enero, 2020

Una buena silla de oficina puede marcar la diferencia en cada jornada laboral, en Office Design pensamos que es importante invertir en ella, repercutirá no solo en tu salud, en tu rendimiento también. No todas las sillas son iguales o adecuadas para el mismo tipo de trabajo. Pasar muchas horas sentado en la oficina puede traer problemas de espalda, columna, dolor de cuello o incluso jaquecas, una silla ergonómica evitará muchos de esos problemas que afectan a tu salud. Hoy en nuestro blog te vamos a dar algunos consejos para que encuentres la que más se ajuste a tus necesidades.

Una de las características que debe reunir la silla ideal de oficina es que recoja bien la espalda, sobre todo la zona lumbar, ya que suele ser la que más se sobrecarga. Además no solo bastara con eso, la postura corporal también debe ser correcta.

Debemos tener las extremidades de una forma en que no estén en tensión. Hay que tener en cuenta que vamos a pasar muchas horas sentados en esa silla, por lo que es indispensable prestar atención en evitar las lesiones y encontrarse en una postura correcta. Por ello, el soporte lumbar ayuda a tener una posición erguida en nuestra columna. Al sentarnos así, empezamos con una buena base para que colocar los brazos y las piernas de una manera correcta, sea mucho más fácil.

La silla debe ser estable y contar con un respaldo ajustable. Tiene que proporcionar facilidad de movimiento para evitar permanecer en la misma postura durante horas.

Otro punto al que debemos de prestar atención a la hora de escoger nuestra silla es el material de nuestro respaldo y asiento. Uno de los más habituales, son las mallas transpirables, unos tejidos muy resistentes, y que mantienen durante más tiempo sus características. Además, de que, a la hora de limpiar, recogen menos suciedad que otros tipos. Otra ventaja además que favorece a nuestro confort es el hecho de que permite una correcta transpiración, evitando que el sudor se acumule.

El asiento también tiene que ser regulable y la altura debe ajustarse al usuario. También es necesario que los brazos sean ajustables en altura y ángulo, los brazos también sufren tensión, como hemos comentado anteriormente. Algo que es muy recomendable que hagamos con nuestra silla es regularla y posicionarla a nuestro gusto, adaptándola a nuestra altura, peso y dejándola en una posición en la que nos encontremos cómodos.
Y por último, la incorporación de un reposacabezas suele ser opcional en casi todas las sillas ergonómicas, algo que nos puede ayudar a descansar y aliviar la tensión de las cervicales. Un problema que nos ocurre cuando nos concentramos en las tareas que realizamos, dejando de ser conscientes de nuestra postura y tensando nuestro cuerpo. También como último consejo, recordamos que tras un tiempo sentados y realizando nuestras tareas, es conveniente levantarse, estirar el cuerpo y recolocarse nuevamente.

Hay que tener en cuenta que, como consejo, aunque no forma parte íntegramente de silla como tal, los reposapiés son una buena solución a la hora de destensar las piernas, mejorar la colocación de nuestro cuerpo al estar sentado, y un complemento adicional a nuestra silla idóneo para algunas personas que pasan muchas horas sentadas.

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El asiento es muy importante que sea regulable en altura, ya que podremos fijar la posición de nuestro torso respecto a la mesa de trabajo. Si la silla queda demasiado baja, sufrirá nuestra zona lumbar. Si queda demasiado alta, forzaremos las vértebras y músculos de la parte dorsal y el trapecio. También debe permitir modificar su colocación respecto al respaldo para que nuestro abdomen no se vea comprimido, lo que nos causaría problemas de circulación y digestivos. En cuanto al tamaño, debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos holgadamente en la parte central y tengamos espacio alrededor. Además, la parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no nos oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas.

En cuanto al respaldo, es una de las partes más importantes de la silla. Debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo a la zona lumbar. Es aconsejable que sea regulable en inclinación y que la silla ofrezca la posibilidad de regular su firmeza y su fijación o movilidad del respaldo. A este respecto, los respaldos vasculantes son buenos para jornadas que no excedan las cinco horas, pero si vamos a estar más rato, mejor que probemos con sillas sincronizadas, donde el respaldo vascula a la vez que el asiento se desliza adelante o atrás, con lo que nunca entramos en posturas de compresión de la columna ni el abdomen.

Es importante que la altura del respaldo también sea regulable y que el respaldo tenga una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda. Algunos modelos permiten añadir un reposacabezas en la parte superior que ayuda a descansar las vértebras de la zona dorsal sin someter la columna a excesivas torsiones.

Los apoyabrazos, por su parte, deben permitirnos una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º mientras escribimos en el ordenador, a la vez que sirven de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación y deben ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al levantarnos de la silla. Por otro lado, es aconsejable optar por modelos que nos permitan variar la altura y posición de los apoyabrazos, así como regular su separación con el asiento de la silla. No deben, en ningún caso, oprimirnos las caderas ni tampoco impedir que podamos colocarnos cerca de la mesa.

Las ruedas en la base permiten una mayor comodidad para cambiar de postura o desplazarnos en el puesto de trabajo. La base debe tener cinco puntos de apoyo. Algunos modelos dejan colocar distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza, ideales para adaptar la silla a los diferentes suelos que podemos encontrar: moqueta, parquet, gres, etc.

Para mayor comodidad, el tapizado debe der transpirable y debe estar diseñado para soportar el uso continuado.

En cuanto al reposapiés, aunque no es un elemento que normalmente forme parte de la silla, es adecuado para ayudarnos a adoptar la postura correcta. La inclinación ha ser regulable y tiene que estar elaborado con materiales antideslizantes que permitan la sujeción correcta tanto de los pies como de la fijación en el suelo.

 

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